…porque lo nuestro es pasar…

Blog sin objetivo alguno destinado a ser leído en ratos muertos por nómadas y exiliados de vocación que no saben "quoi faire dans la vie".

lunes, 21 de febrero de 2011

MINUTOS MUSICALES

Mientras esperáis la actualización del blog con mi paso por en el norte, unos minutos musicales con Liliana Felipe, cantautora cordobesa. La canción se titula "Las Histéricas": una fusión de arte y psicoanálisis , la esencia de la argentinidad.

http://www.youtube.com/watch?v=MobDqnh86RY

martes, 15 de febrero de 2011

EL BOLSON: EL VIAJE INTERMINABLE Y LA ORGÍA GASTRONÓMICA



Como le había cogido el gustillo a eso de los viajes-odisea en bus, decidí hacer Ushuaia-El Bolsón de un tirón: 40 horas, minutos más minutos menos. Y para empezar bien un perro ushuaiero se me meó en la mochila mientras esperaba el bus bajo el frío en la No Terminal de Ushuaia a las 5h de la mañana.

Ya subida al omnibús tuve que calmar a unas israelíes estresadísimas por la prohibición de entrar frutas y verduras en Chile ( donde en realidad no se pone el pie porque ni bajas del bus, pero el control fronterizo es el mismo). Me pedían que le preguntara al conductor si había algún problema si en los sandwichs había aguacate. Les intenté explicar que el control es relativo y que siempre tenían la opción de dejar la comida en el equipaje que iba en la bodega. Visiblemente nerviosas me respondieron que llevaban 4 sandwiches, que el viaje era muy largo y necesitaban comer.

La ansiedad de las hebreas era de lo más chistoso, aunque también es verdad que un canadiense me explicó que lo retuvieron en el aeropuerto de Santiago por "tráfico de cacahuetes" (que le había puesto su madre en el equipaje preocupada por que no pasara hambre). No le dejaron ir hasta que explicó que trabajaba en la edición de dibujos animados y, por suerte, uno de los dibujos en los que trabajaba resultaron ser los que la sobrina de la policía que hablaba un poco de inglés veía.

Luego de 40 horas de viaje y de impregnarme del olor humano e inhumano del bus, sin mayores incidentes llegué al Bolsón, supuestamente un reducto hippy, pero por fortuna resultó ser un lugar bucólico de lo más normal y relajado.

Siguiendo la dinámica de mi viaje, nada más llegar al hostel La Casa del Viajero (otro lugar a recomendar gestionado por hippies moderados de la vieja escuela), un grupo de huéspedes me ofreció un suculento plato. Los días en el Bolsón resultaron ser una orgía gastronómica: cada día alguno de los hospedados cocinaba para los 15 o 20 que estábamos allá: arroz al curry, pizzas caseras (unas sin queso especiales para mí), crêpes...

Y ahí van las fotos del lugar (el hostel, la Cabeza del Indio y el Bosque Tallado), que no son mías y por las que no he pagado derechos de autor. La puta batería de la cámara se me acabó mientras fotografiaba animalitos en Ushuaia y me había olvidado el cargador en Córdoba.


















domingo, 13 de febrero de 2011

LLEGADA A USHUAIA: LA PATAGONIA, MÁS GRANDE QUE EL EGO ARGENTINO

En mi camino hacía el culo del mundo llegué a dos conclusiones: La Patagonia es más grande que el ego argentino y en estas latitudes debe haber oscuros negocios (tráfico de maníes o de bananas, no sé yo) porque en mi vida había visto tanto control policial en un viaje en bus.

El trayecto fue de lo más entretenido: cuatro controles fronterizos (para llegar a Ushuaia hay que entrar en Chile, salir y volver a entrar en Argentina) y cuatro horas de retraso gracias a un pinchazo y a que el conductor se cargó el parachoques al entrar en el ferry.





Al llegar al ciudad a eso de la 1h30 de la madrugada, Rubén, mi couch, me envió un mensaje dándome las instrucciones para llegar al asado que estaba haciendo:" Estamos en el bosque, agarra un taxi en dirección al glaciar, ve hasta el hotel Acebes, 15 m más adelante hay una minivan blanca, ahí te iré a buscar" Aunque lo que quería era ducharme y dormir, no me iba a quejar yo de comer carne asada en medio del bosque, al ladito del río y bajo las estrellitas.

En casa de Rubén la misma onda que en Calafate: gente yendo y viniendo a la casa y cocinando y personajes como las 2 gabachas que debido a los piquetes en Chile y su empanamiento acabaron pasando una semana en las Malvinas o la familia uruguaya que lleva 4 años viajando por el mundo en un Citroen Mehari.













Para ver a los animalitos que algunas lectores tanto reclaman en un velerito me monté. Además de la fauna habitual de esas latitudes, el guía también nos mostró algunos animales exóticos que circulaban por Ushuaia esos días.

La primera especie era la embarcación Octopus, un barco gigante de lujo propiedad del socio de Bill Gates, con 4 helicópteros y privilegios diplomáticos, es decir, que allí dentro podrían montar el quilombo que quisieran y manejar cualquier tipo de turbio negocio que las autoridades argentinas no podrían entrar. Y la segunda especie era una fragata alemana que era una escuela- barco militar donde murió una chica al caerse de un mástil al parecer como consecuencia de los salvajes ritos de iniciación castrenses a los que someten los alumnos. Según una mujer con la que charlé en una parada de bus, allí dentro hacían trata de blancas y rituales sectarios, pero creo que la primera versión es la correcta.











viernes, 11 de febrero de 2011

CALAFATE: EMPIEZA EL GORRONEO

Como podéis ver, ya casi en Calafate, ya estaba realmente en el quinto coño, pero madre mía la de kilómetros que aún me quedaban para llegar el culo del mundo. Eso sí, del Chaltén a Calafate llegué en un plis, sólo 3 horitas, que en distancias patagónicas sería como ir a casa del vecino.



En Calafate empecé mi periplo de gorrona alojándome a través de Couchsurfing, una web donde la gente ofrece su casa para alojar a los viajeros de gratis. Matías, mi "couch" me vino a buscar a la terminal advirtiéndome de que en la casa había 2 gorrones más (una gabacha que viajaba en autostop y un gringo que había venido en moto desde Alaska) y que estaba todo hecho un quilombo (mmm más o menos las mismas condiciones que en el Village hostel donde trabajé).

Matías es un loco que se largó de su ciudad con 400 pesos con destino a cualquier lugar donde le llegara ese dinero para el pasaje. Al llegar a Calafate, con los 20 pesos que le sobraban se fue a impirimir un CV a un cibercafé, donde casualmente le ofrecieron su primer trabajo y su primera casa en la ciudad.

El tío ya ha alojado a unos 300 viajeros en 3 años: santa paciencia el hombre para ser hospitalario y amable con todo tipo de turistas colgados y gorrones, como algunos de los que vi pasar esos días. ¿Qué "beneficios" saca de todo esto?:

-Los huéspedes le cocinan, de lo que yo también me beneficié,
-Intercambia música: yo le "regalé" el mítico clip de "Hay que venir al sur" y las obras maesras de Delfín, cosa que él y un amigo suyo profesional de la edición de video apreciaron y agradecieron con lágrimas en los ojos.
-Otros limpian su casa, como la germana de origen italo-argentino que odiaba Alemania y que impuso una dictadura de la limpieza (no étnica) nada más llegar.

Aquí abajo tenéis al gringo motorista y a Matías haciendo el aguante hasta las 3 de la mañana para llevarme a la Terminal de Omnibús. Lo que no tengo son fotos de cuando me dejé las llaves dentro de la casa y tuve que realizar un allanamiento de morada por la ventana.



Y ahora sí, llegan las fotos para joder, no os impacientéis. Las primeras son las del glaciar Perito Moreno, adonde llegué en autostop. En la ida me llevó una pareja de porteños que enseguida me delató e identificó como turista en la entrada del Parque , así que tuve que pagar el precio de extranjera. A la vuelta volví a dedo con una cachonda familia de evangelistas, que seguro que en la entrada me habrían hecho pasar por pingüino si hubiera hecho falta.



¿A qué jode, eh? El pobre chico que se pasaba 8 horas en la entrada con su ipod diciendo "Bievenidos, por favor, vayan a la derecha, el parking está a 50 metros" me explicaba que había visto a mucha gente llorar al ver el glaciar.

En el blog de "la vida en chanclas" de Matt e Irene tenéis un video de uno de los desprendimientos que los hijosputa pudieron ver y grabar (lo iba a publicar aquí, pero tengo miedo de que me apliquen una Ley Sinde o algo así)





Y os preguntaréis (o no) quién es el tal Perito que da nombre a tantos lugares. A Perito Moreno lo presentan como un patriota argentino que generosamente donó al país unas cuantas leguas cuadradas (tierras arrebatadas a los indios, claro). Resulta que el patriota era un racista que, sobre los indios mapuches, decía lindezas como: "Es asqueroso el espectáculo que presentan estas terribles viejas, ya borrachas. Estas infernales brujas, repugnantes engendros, degradan la danza saltando borrachas (...) Comen estos indios con tanta suciedad como los cerdos, tienen grasa hasta en los ojos, y el cabello está apelmazado por ella".

Y algunas bucólicas fotitos más:







EL CHALTÉN: FOTOS PA JODER



















RUTA 40 Y PERITO MORENO LA NUIT

Después de 3 días en Bariloche me dispuse a tomar la Ruta 40, la mítica y más larga carretera de Argentina (aunque también un bar de Córdoba, donde ponen rock argentino y a los Héroes del Silencio), para llegar a El Chaltén, a sólo unas 33 horas en bus.

Javi y Nati, los dueños del hostel, me recomendaron ir con un colectivo que hacía el trayecto en dos etapas parando una noche en la "megalópolis" de Perito Moreno y después de reservármelo me prepararon psicológicamente antes de informarme de que "lo puto bus" ¡salía a las 6h! Les intenté convencer de que me siriveran el desayuno en la cama a las 5h30, pero no coló.

La ruta, una locura: kilómetros y kilómetros de estepa patagónica, carreteras polvorientas sin asfaltar por donde circulaban ciclistas pedaleando contra el viento, tramos de 300 km de nada en línea recta y guanacos cruzando sin mirar. En resumen, kilómetros de nada que, al final y paradójicamente, dan mucho de qué hablar.

Por la noche, llegamos a la "animada" ciudad de Perito Moreno (no confundir con el glaciar). Unos alemanes y yo decidimos romper la noche y hacer todos los bares de la ciudad, es decir, 2 (o mejor diría 1,5). El primero, el Laguna Pub: cuarteto y cumbia villera, lleno hasta la bandera (unos 15 clientes), y dos mesas de billar donde nos echamos una partidita bajo la mirada atenta de un borracho de barra nativo. El segundo bar resultó ser en realidad una pizzería reconvertida de noche en disco para un grupo de post-adolescentes que bailaban música de los 70 y 80.

La alemana y el alemán que me acompañaban quedaron impactados por la movida nocturna, aunque más impactados quedaron cuando vimos esta pintada:

Mis compañeros temporales de viaje no acababan de entender por qué había un dibujo de un tipo parecido a Sadam ni el radicalismo de la ciudad. Yo sólo les pude explicar el significado peronista de la palabra radical porque no había reconocido a Alfonsín en el dibujito.

A continuación unas foticos de la noche peritenese y del Laguna Pub:



Y aquí van fotos de la segunda parte de la Ruta 40. A mitad del día, en medio de la nada patagónica apareció un río y una puestecito de comidas atendido por un porteño que se había mudado con la familia hacía 20 años a la Patagonia a hacer el gaucho. El tipo tenía un guanaco decapitado en la parte de atrás. Para no herir la sensibilidad de algunos lectores, no tomé ninguna foto del animalito.