ARGENTINEANDO

Ya instalada en mi nueva casa cordobesa me voy adaptando a ciertas peculiaridades argentinas que poco tienen que ver con el mate, el patriotismo futbolero y el peronismo de toda clase. Cuando uno se instala en Argentina se han de tener en cuenta varias cosas:

1- Todas las casas huelen a gas, y eso no necesariamente quiere decir que vayan a explotar

2- Ningún cerrajero te hará una copia buena a la primera, de hecho quizá nunca conseguirá hacerte una copia correctamente y siempre te dirá: "Pruébala con la puerta abierta"

3-Ninguna persiana argentina ha funcionado ni funcionará bien pero se empeñan en poner persianas en todas las casas

4- Para entender el sistema de números de teléfono se necesita un master, o al menos un cursillo. Los móviles tienen prefijos que indican que son móviles pero que al final en realidad no se tienen que marcar pero a veces sí, y prefijos para cada provincia cuando se supone que los vas a mover de provincia porque son eso, ¡móviles! Después para llamar a uno desde el extranjero tienes que quitarle el prefijo 15 de móvil y ponerle un 9 además del prefijo internacional y no se sabe si el prefijo provincial se quita o se pone, pero si lo pones seguro que le tienes que sacar el 0. Encima para ver quién te llama no puedes grabar el número con prefijo, entonces ¿para qué está el prefijo si no hace falta? Por no hablar de la falta de cobertura cuando sales de la ciudad donde compraste el móvil y otras rarezas.

En fin, después de adaptarme a estos pequeños detalles tomé rumbo a la capital a vivir el Mundial argentineando con Matt e Irene

Los porteños de adopción me acogieron como me merezco (así que no muy bien) y la perraca de Irene no paró de hacer comentarios tangentes y perpendiculares a todo tipo de tema sexual (para que luego digan de mí).

Allí hice las visitas de rigor: San Telmo, La Boca, la plaza de Mayo blablabla, lo puto ESMA, y visionado del partido de Argentina con asado en un country (barrio cerrado de pijos argentinos sobre los que a punto estuvimos de hacer comentarios de metedura de pata total) con una decepcionante impresión sobre el forofismo futbolero argentino, aquello parecía más una misa con intriga que otra cosa.